La confirmación esta mañana de que las giras de la Charanga Habanera y Los Van Van por Estados Unidos incluirán conciertos en las cárceles donde cumplen prisión los cinco espías cubanos ―los «Cinco héroes», según los llaman en La Habana― ha significado todo un vuelco a la política del intercambio cultural entre Cuba y los EE.UU. También ha puesto en evidencia el patrocinio del programa Prison Nation del canal National Geographic a la presentación de músicos cubanos en los Estados Unidos. (Fiel a su política de operar con monedas exóticas, National Geographic Society incluye el pago en CUC a los músicos cubanos desde la centenaria sede en Londres, lo que permite saltarse las disposiciones del embargo.)
La noticia, revelada en una «Reflexión» de Fidel Castro en Cubadebate con el título «El intercambio que nos gusta», ha desatado un explosivo cruce de declaraciones que relanza el diálogo entre la Administración Obama y el gobierno de Raúl Castro cuando parecía haberse estancado.
«Siempre dijimos que nos interesaba hablar de los presos cubanos», dijo hoy un portavoz de la Casa Blanca, «y ya lo estamos haciendo». Por su parte, AP reporta desde La Habana la satisfacción de Bruno Rodríguez, canciller cubano: «Acabamos de encontrar un punto de contacto porque a nosotros nos interesa la cultura y a ellos los presos. Ahora ya estamos trabajando en estos conciertos para presos norteamericanos en las cárceles donde sufren nuestros “héroes”», sostuvo. Y citó la «reflexión» de Castro en Cubadebate: «Por fin vemos que Obama no es Bush, ni Manuel Artime es Karl Marx», en referencia a teatros de Miami y La Habana donde se han producido intercambios culturales entre las dos ciudades.
El calendario de los conciertos había pasado desapercibido tras su anuncio hace unos días en Corrections.com, página de referencia en el mundo penitenciario norteamericano, donde la sección The Hero, The Heroine, and The Hero había mencionado a los presos cubanos y publicó una foto de Juan Formell abrazado por Cucú Diamantes y Olga Tañón durante el reciente concierto de Juanes en La Habana ―una lo sujeta por detrás; la otra lo hace por delante― que rompió las estadísticas de acceso a ese sitio desde los servidores de las penitenciarías norteamericanas. Prueba de ello es que el Federal Bureau of Prisons se vio obligado a prorrogar de 300 a 400 minutos la autorización del uso del teléfono a los internos, como consta en su site oficial.
Por su parte, el espacio en MySpace de la American Correctional Association prevé incluir en los próximos días una versión del célebre tema de David Calzado con el pegajoso y controvertido estribillo «Yo gozando en La Habana y tú llorando en Miami», donde la letra aparece cambiaba por «Yo gozando en el Combinado y tú llorando en Sing Sing». La versión, grabada por Calzado junto a otras dieciocho, debe superar antes una reclamación de José Feliciano, según admitió Hugo Cancio en una extensa nota en Facebook.
Entretanto, una declaración de la UNEAC publicada en La Jiribilla abunda sobre el intercambio y lanza un reto a la Administración Obama al sostener que «Antonio Guerrero es ciudadano norteamericano por nacimiento y reside actualmente en los Estados Unidos, mientras sus poemas son objeto de múltiples publicaciones en Cuba e incluso alguno figura en los programas de estudio de los escolares cubanos. ¿Para cuándo las letras de Juan Formell o David Calzado en los programas de estudio de las escuelas norteamericanas?», reclaman los poetas cubanos.
En escueta respuesta, el citado portavoz de la Casa Blanca se refirió a trabajos académicos beneficiarios de pingües becas estatales que ya apuntan en esa dirección, como “Departing from/to Final in Panamerican Poetry: Juan Formell’s Chirrín Chirrán and Sharon Olds’ The End” de Tim Bartolos y «R. Barthes, P. De Man, D. Calzado: Traces of joissance from Paris to Havamiami» de Gayatri Che Espivon, y pidió tiempo para adecuar los contenidos. «Tiempo el (sic) tiempo», dijo en español.
Ahora mismo, no se sabe en qué tejado está la bola de las negociaciones entre Washington y La Habana. «El verdadero problema es que todavía no hay tejados», dijo a La Poderosa un disidente pinareño afectado por los últimos huracanes.
UPDATE:
Una última hora de El País recoge declaraciones de Miguel Barnet a propósito de la polémica:
«También Max Lesnik y Edmundo García han cantado en todos sus viajes a Cuba y aquí nadie ha protestado», declaró. «Ése es el intercambio que queremos, como dijo Fidel», añadió el autor de Diario de un cimarrón.
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