Monday, March 12, 2012

Dos visiones de Fulgencio Batista. Por Pedro Pablo Arencibia y Carlos Alberto Montaner.

 
Fulgencio Batista y Zaldivar.


BLOG DE LA ESCRITORA ZOÉ VALDÉS.

marzo 12, 2012

No había podido leer el artículo de Carlos Alberto Montaner, con el que no estoy de acuerdo, por supuesto, para nada. Porque no es verdad, en primer lugar, que la culpa del advenimiento del Castrismo y de la presencia de Fidel Castro en el panorama político cubano la tenga Fulgencio Batista. Por favor, ¿hasta de eso vamos a echarle la culpa a Batista? Sin embargo, hay un pasaje en el libro de Intrahistoria… de Rafael Díaz-Balart donde él cuenta que fue quien llevó a Fidel Castro a Kuquine, la finca de Batista, porque Fidel lo tenía giro con que quería conocer al presidente; al llegar allí, el asesino de Birán (Fidel) mientras manoseaba los libros de la biblioteca de la casa a donde llegaba por primera vez, le preguntó a su anfitrión que si pensaba dar un golpe de estado, a lo que Batista respondió que de ninguna manera. Al salir de allí, cuenta Díaz-Balart, Fidel Castro le comentó de manera enérgica: “Me he equivocado, éste no es nuestro hombre”. Díaz-Balart preguntó que por qué: “Porque nunca dará un golpe de estado”. Así pensaba Castro, pero eso no significa que Batista sea el culpable de la desgracia de Cuba con el Castrismo. Más bien, estoy de acuerdo por el contrario con que el verdadero culpable del castrismo fue el líder del que se amantó Fidel Castro, y ese líder fue el “intelectual” buitrero Eduardo Chivás, del género de intelectual que se da en Cuba, el del parloteo y el numerito, y que gusta mucho porque da idea, con su jerga filosófica, que es culto de la rancia cultureta. Creo incluso que quien presentó a Fidel Castro a Chivás fue la Dra. Martha Frayde, si mal no recuerdo.

Tampoco he oido jamás que Batista hablara de manera vulgar, todo lo contrario, tenía un “drôle” de tono de voz, pero de ninguna manera vulgar ni afeminado, cosa que se puede comprobar en los videos que circulan por internet. Conservo cartas de Batista enviadas a su hijo Carlos Manuel, mientras estudiaba en Suiza, y esas cartas, escuetas, son de una fineza y de un preciosismo, incluso con el idioma francés, que ya quisieran muchos.

En cualquier caso, con este artículo, Carlos Alberto Montaner se acaba de ganar la beca Lenin y el regreso a Cuba. Por cierto, el otro día me mandaron un artículo donde Gina Montaner cita el título de una de mis novelas Te di la vida entera para añadir una frase de Chávez donde le dice a Venezuela o al pueblo venezolano que él le dio la vida entera a ese país, colocándose ya en la intramuerte. Gina Montaner, en un tour de forçe mal forzado y mal inquinado da por seguro o por casi seguro que Chávez leyó mi novela. No lo sé, lo que sí sé -me lo aseguró un amigo cercano- es que Chávez personalmente me sacó de la lista de finalistas del premio de novela Rómulo Gallegos, y también es seguro que ha leído el libro co-escrito por su padre Manual del perfecto idiota latinoamericano.

Hay cosas con las que no se puede jugar ni a las cuquitas, y hace muchísimo tiempo que hay cosas con las que no juego. Una de ellas es la historia de Cuba que tanto nos han escamoteado a los que hemos nacido y crecido en Cuba. Y con lo que nunca jugué, ni permitiré nunca que jueguen es con mi trabajo.

Zoé Valdés.

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