Friday, April 16, 2010
Thursday, April 15, 2010
ELOCUENCIA Y ASTUCIA: ATRINCHERAMIENTO EN EL BUNKER
¿Qué alternativa tienen los esclavos sino repetir con entusiasmo lo que dice el amo?
¿Qué información tienen los esclavos para su respuesta entusiasta, de apoyo al amo, cuando no tienen ningún acceso a las características y contenido de las condenas a Cuba, por la comunidad internacional?
Los conciertos en apoyo a la Revolución, los mítines patrióticos en los centros de trabajo, las concentraciones en las Plazas “revolucionarias” y las asustadas declaraciones de los intelectuales o personas comprometidas con el castrismo, para no ceder “ante las presiones imperialistas”, han sido siempre la mascarada de los amos, para demostrar “el apoyo del pueblo” a su abominable conducta de desprecio a ese mismo pueblo, a quien han alienado de todos sus derechos, libertades y su bienestar personal y social.
¿Qué cubano, en condiciones normales, sin terror y represión, podría aprobar los actos de repudio, el hambre, la imposibilidad de expresarse libremente; la imposibilidad de salir y entrar de su país: la imposibilidad económica real de no poder disfrutar de los hoteles y las playas; la imposibilidad de la Internet o de un teléfono en su casa, o un televisor o un decente plato de comida; la carencia de salarios que realmente paguen el trabajo; la imposibilidad de tener voz y voto reales, de poder tener sus propias organizaciones y sindicatos, creados por ellos? Sólo un absoluto estupido e ignorante pudiera apoyar con entusiasmo, ese encadenamiento insoportable de su vida.
Desde luego que hay aún gentes, muy comprometidas con los crímenes de Fidel Castro, que apoyará con entusiasmo ese atrincheramiento de la gerontocracia castrista, que ni se ha molestado en preguntarles a sus esclavos, si quieren desaparecer del mapa y hundirse con sus amos en el Mar de las Antillas.
Pero, de lo que se trata, es de sacar el máximo provecho de este enfrentamiento y, tratar de revivir, cosa que no van a lograr, las glorias ya muertas de lo que otrora fuera una gran ilusión.
Ese enroque, ese atrincheramiento en la mendicidad ideológica del castrismo, ha sido siempre la línea y fundamento del odio de Fidel Castro, contra todo el que se oponga a su esclavitud dictatorial. Ese es, por decirlo así, su modus operandi, porque es la única forma de mantener a ese pueblo aherrojado a sus férreas cadenas. Bajo sus dictados, nadie tiene ningún derecho. Él, y sólo Él decide cuando y a quienes hay que mandar a sus guerras; a quienes mandar a sus misiones médico propagandísticas; a quienes enviar a los campos de caña, a la recogida de café o a sus varios y fracasados planes agrícolas e industriales o, a quienes movilizar a través de sus tropas militares y paramilitares, para enfrentar la inexistente “invasión imperialista”, que ha sido su gran comodín ideológico y movilizador. Y quien se niegue a la obediencia, es prácticamente liquidado: se le expulsa del trabajo, del Partido, de la UJC, del sindicato, etc. Y, se le condena al más deleznable ostracismo. Su único camino es la disidencia o tirarse al mar.
Esa gentuza arcaica y obsoleta, con medio siglo en el poder, no tiene ninguna respuesta racional a los gravísimos problemas que enfrentan. No tienen ni idea del tamaño del desastre, no sólo económico, social o político, sino – y lo peor - al desastre ideológico, al total convencimiento de los cubanos, de que todo ha sido una gigantesca estafa.
Contra eso, su respuesta es PCC, Palos Cabillas y Cables, pensando que con ello van a resolver la crisis. Claro, no quieren darles armas a sus defensores, sino palos, cabillas y cables, no vaya a ser que, las armas se vuelquen contra ellos mismos. La idea central es llevar a todos los cubanos a una guerra fraticida, porque ese tipo de represión llevará a una réplica contundente de la población.
La declaración de Raúl Castro de que “sobra un millón de trabajadores”, es una rabiosa amenaza a cada trabajador que sabe que, si no firma su membresía en los “Destacamentos de Respuesta Rápida”, será uno de los despedidos. Es su política madre: el chantaje. El chantaje con el hambre, la represión o la pérdida del trabajo. El chantaje como política de Estado, para mantener a esa horda de vacas, en su corral, tranquila y siempre sonriente.
No es que Hillary Clinton tenga algo de razón, sino que tiene toda la razón: el embargo ha sido y es la carta de triunfo de Fidel Castro, para ocultar todos sus fracasos y la inutilidad de su propia vida.
No se puede decir que la política de Obama es la misma que la de otras administraciones. Obama dio un grupo de pasos, esperando alguna reacción de los amos de Cuba. No movieron un dedo. Entonces… ¿Qué sentido tiene abrirles la puerta, si ellos no quieren entrar? No es Obama, es la inamovible posición de Fidel Castro, que ha paralizado otras medidas del gobierno de Obama. Ellos saben que esa apertura, es la muerte de la esclavitud en Cuba. Dicen, de los dientes para afuera, que quiten el embargo, pero en el centro de todos sus cálculos, hacen lo imposible para que no lo quiten. Ellos aprendieron al detalle la terrible lección de la URSS y de toda la caída del campo socialista y, tienen sus manos, sus pies y sus cuerpos llenos, saturados, rebosantes de sangre. Y tendrán que pagar ante la justicia. Eso es todo el rejuego del castrismo atorrante.
Pero ya no hay espacio ni para la elocuencia ni la astucia de El Loco de Birán. Le llegó su cuarto de hora o, al menos está cada día más cercano.
Asdrúbal Caner Camejo
Representante del PSC
en Canadá.
Wednesday, April 14, 2010
¿Principio del fin para el régimen castrista?
TRIBUNA: JORGE CASTAÑEDA
Uno de los peores negocios del mundo a lo largo del último medio siglo ha sido apostarle al fin de régimen de la llamada revolución cubana. El número de libros, ensayos, artículos, declaraciones y resoluciones vaticinando la caída de Fidel Castro es casi infinito, superado sólo por la cantidad de errores de información y de análisis a los que debemos tanta frustración para quienes el cambio de fondo o el fin del régimen constituía un deseo inocultado. Recuerdo una columna que publiqué en este diario y en la revista Newsweek en 1990, titulada El viejo y la isla, casi suplicándole al "caballo" que se fuera; tal vez nos entierre a todos.
La crisis económica, la protesta de los disidentes y la debilidad de Fidel crean una situación inédita
Fidel jamás hubiera permitido que el asunto Zapata se le fuera de las manos
Pero a pesar de los antecedentes negativos, y de la enorme carga de los yerros pasados, es posible que la dictadura tropical empiece a escuchar por primera vez pasos en la azotea. La conjunción de tres factores justifica una nueva aventura analítica: tal vez esta ocasión sea la buena (o la mala, según para quien).
El primer elemento nuevo, o en todo caso ausente desde el "Período especial" en 1994, es una crisis económica feroz, que ha introducido elementos de hambre y miseria en Cuba desconocidos desde aquella época. La caída del precio del níquel y del turismo el año pasado, el estancamiento de las remesas procedentes de Miami y los huracanes en tiempos recientes han paralizado la actividad en la isla; los apagones, las terribles deficiencias del sistema de salud, la falta de alimentos producidos nacionalmente o importados principalmente desde Estados Unidos, la crisis de vivienda generalizada y la suspensión de pagos de Cuba a todos sus acreedores -amigos o adversarios- desde enero del 2009, pintan un panorama desolador.
El subsidio venezolano resulta a la vez indispensable e insuficiente: las privaciones y las dificultades de la vida cotidiana alcanzan un grado inusitado, incluso para un pueblo acostumbrado a sufrir. Y ya no es tan fácil echarle la culpa al "imperio": no es lo mismo George Bush o Ronald Reagan que Barack Obama, cuya popularidad entre el cubano de a pie parece ser descomunal. Como lo han señalado muchos autores, una crisis económica más, por sí sola, no va a derrocar a los Castro. Pero junto con los factores siguientes, tal vez nos conduzca a territorios inexplorados.
En efecto, a pesar de su carácter lógicamente minoritario y aislado, tanto el movimiento de los huelguistas de hambre como el de las Damas de Blanco han generado un elemento discordante y novedoso en la política cubana. La muerte de Orlando Zapata colocó al Gobierno a la defensiva, y canceló cualquier posibilidad de una normalización con la Unión Europea o con México, a pesar del vergonzoso cinismo de Lula, Calderón y Moratinos, y pospuso indefinidamente el acercamiento con Washington. La perseverancia de Guillermo Fariñas en su propia huelga de hambre, su rechazo a las invitaciones españolas, su creciente carácter de líder opositor articulado y centrado, además del claro altruismo de su causa (no es un preso político, pero suspendió el consumo de agua y alimentos para obtener la liberación de los que sí lo son) le dan un relieve interno y externo que pocos disidentes habían logrado. Si se confirman las noticias sobre Darsi Ferrer y Franklin Pelegrino, dos nuevos huelguistas de hambre que se unieron en solidaridad con Fariñas el 30 de marzo, y si se complicara el cuadro médico del propio Fariñas, los acontecimientos podrían tomar un giro insospechado.
Las Damas de Blanco han producido una expectativa semejan
-te. Llevan años marchando y yendo a misa cada domingo buscando la liberación de los presos políticos detenidos en el 2003 y con posterioridad. Pero, de repente, sus esfuerzos han cobrado un nuevo ímpetu. Por un lado, las autoridades ya no pueden impedir las marchas; por el otro, tampoco desean que tengan lugar libremente. Han optado, con la clásica picardía cubano-castrista, por un ardid ingenioso y malévolo: echarle encima a las Damas turbas revolucionarias semioficiales, y resguardar a las Damas con fuerzas del orden que las protegen de posibles agresiones... procedentes de las turbas semioficiales. Pero las multitudes conformadas por las Damas, los agresores, los cuidadores y los espectadores han sido captadas en fotografías que le han dado la vuelta al mundo. Lo que no sabemos es si junto con el martirio de Zapata y el reto de Fariñas, le hayan dado la vuelta a Cuba.
Hasta hace muy poco, seguramente no hubiera sido el caso. Una de las grandes fortalezas del autoritarismo cubano consistió en el aislamiento de los opositores, y la ignorancia en la que mantenía sumida a la población cubana. Nadie se enteraba de nada, salvo por la versión truncada de Radio Bemba, una transmisión de boca a boca basada en la tradicional locuacidad cubana.
Pero en esta ocasión, en parte debido a la pequeña rendija abierta por Raúl Castro en materia de celulares, Internet, llamadas telefónicas desde Miami, un pequeño aumento en los viajes de familiares en Estados Unidos gracias a Obama, resulta más difícil saber qué saben los cubanos. Es posible que ahora sepan mucho más que antes.
Lo que sí todos saben, sin lugar a dudas, es que Fidel ya no lleva los asuntos del día a día. He aquí el tercer factor. El comandante jamás hubiera permitido que un asunto como el de Orlando Zapata se le fuera de las manos: o lo libera antes de que iniciase su huelga de hambre, o lo fusila, o lo condecora, pero nunca se habría visto arrinconado como sucedió con su hermano menor. Lo mismo con Fariñas, con las Damas de Blanco, y sobre todo, con los posibles efectos de la simultaneidad de una debacle económica y un incipiente movimiento de protesta. Esta vez, no estará Fidel para dirigirse al Malecón de La Habana como en agosto de 1994, en pleno éxodo de los balseros, para confrontar a un nutrido -allí sí- grupo de manifestantes y doblegarlos con la magia de su verbo y con su aparato de seguridad. Raúl Castro es incapaz de semejante faena. Carece por completo de los instintos políticos que le permitieron a su hermano durante medio siglo detectar a opositores en potencia antes de que ellos mismos se les ocurriera serlo.
La pradera está seca. La chispa, minúscula, existe. Los bomberos están agotados. Y la única tabla de salvación -ubicada en Caracas- puede hundirse en cualquier momento. Esta conjunción de factores se antoja inédita en la historia del castrismo. Puede ser una llamarada más, o el principio del fin.
Jorge Castañeda, ex secretario de Relaciones Exteriores de México, es profesor de Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Nueva York.
Monday, April 12, 2010
PREMIO 11 DE ABRIL
El Premio 11 de Abril lo hemos recibido de Angélica Mora desde Apuntes de una Periodista.
Este Premio le fue otorgado a Angélica de parte de Alexis Marrero, un gran líder venezolano.
Un honor y un placer tenerlo en nuestro Blog.
Gracias Angélica en nombre de todo el Exilio Cubano Unido.
Ya daremos a la publicidad nuestros elegidos para que la antorcha de este Premio ruede en manos de los que luchan por la Libertad de nuestros pueblos
Sunday, April 11, 2010
PROPOSICIÓN INFANTIL, MAL PENSADA Y PELIGROSA

Thursday, April 8, 2010
Somos la Generación C (Cubans in the USA)
No gambling in the U.S. except for dogs and horse racing, but there was "la bolita" o "un billete" from Puerto Rico .
I grew up in a household ran by Cubans.
I survived in that household ran by Cubans and I'm proud of it!!!
Darn, it's great to be CUBAN
PASS THIS ON TO ALL YOUR CUBAN FRIENDS WHO YOU KNOW WILL ENJOY IT……



