Desde El Nuevo Herald
Por LESLEY CLARK
clark@MiamiHerald.com
En sus 18 años como congresista, Lincoln Diaz-Balart participó en la poderosa Comisión de Reglas de la Cámara, se batió por conseguir la ciudadanía para estudiantes universitarios indocumentados y consiguió fondos para instituciones del sur de la Florida. Pero su causa definitoria siempre fue la de Cuba.
La decisión del republicano de Miami de dejar su cargo a fin de año llega en un momento en que los defensores de la paliación del embargo a Cuba sugieren que tienen más probabilidades de éxito que nunca antes. Pero observadores dijeron el jueves que, a pesar de que la defensa firme y de décadas de Diaz-Balart de una línea dura contra Cuba será difícil de emular, sus esfuerzos perdurarán.
"Lincoln es el estadista principal, pero hay mucha gente trabajando para mantenerlo'', dijo Mauricio Claver-Carone, director de una importante agencia de cabildeo a favor del embargo, U.S. Cuba Democracy PAC. "No se puede minimizar lo importante y lo insistente que ha sido su figura con relación a la política de Estados Unidos hacia Cuba, pero su política no se retirará junto con él''.
Y Claver-Carone señaló que, a diferencia de Cuba --donde Fidel y Raúl Castro han mantenido un férreo control del poder durante más de cinco décadas--, el retiro de Diaz-Balart "abre las puertas a una nueva generación de cubanoamericanos''.
Su decisión podría afectar las fortunas políticas de varios legisladores estatales republicanos cubanoamericanos quienes comparten las opiniones políticas de Diaz-Balart, aunque no su encendida retórica.
De todos modos, el retiro de Diaz-Balart indica el fin de una era, dijo Daniel Erikson, autor de The Cuba Wars (Las guerras de Cuba). Diaz-Balart, de 55 años, es el segundo político cubanoamericano de alto rango que abandona Washington en el último año. El senador de la Florida, Mel Martínez, renunció el año pasado a su puesto para regresar al sector privado. Erikson señaló que los principales oponentes de Diaz-Balart en el Senado, los demócratas Chris Dodd y Bryon Dorgan --quienes quieren levantar el embargo-- también anunciaron sus planes de retirarse en el 2010.
Pocos legisladores, dijo Erikson, comparten la "persistente pasión'' de Diaz-Balart.
"El ha mantenido de verdad una atención inflexible a este tema por cerca de dos décadas, de una manera menos matizada y más sostenida que ningún otro de sus colegas del Congreso'', dijo Erikson.
El mismo Diaz-Balart dijo el jueves que "el equipo bipartidista que trabaja por la libertad de Cuba dentro del Congreso federal está. . . funcionando con más efectividad que nunca''.
Los que podrían seguir sus pasos admiten que su influencia será difícil de imitar.
"Nadie va a tener su experiencia o su influencia legislativas'', dijo el líder de la mayoría del Senado estatal Alex Díaz de la Portilla, republicano de Miami y posible candidato al puesto que dejará vacante el representante federal Mario Diaz-Balart. Mario Diaz-Balart anunció el jueves su candidatura al puesto de su hermano.
"Es un sistema basado en la antigüedad, y su gestión nos ha permitido realmente hacer todo lo que podamos para imponer sanciones a Cuba'', dijo Diaz de la Portilla.
Las tácticas de Diaz-Balart fueron más allá de las maniobras legislativas de rutina: en 1995, él fue arrestado frente a la Casa Blanca mientras protestaba contra la política hacia Cuba del presidente Clinton. Y apenas un año después de su elección al Congreso en 1992, tomó represalias contra un legislador que recortó el presupuesto de Radio y TV Martí, despojando de millones de dólares a un proyecto en el distrito del legislador en Colorado.
Sarah Stephens, una importante defensora de levantar la prohibición de los viajes a Cuba, dijo que era "difícil lamentar el retiro de un luchador de la guerra fría tan virulento y efectivo'', pero dijo que tenía la esperanza de que quien reemplace a Diaz-Balart "tenga una mejor idea del interés nacional de EEUU y un acercamiento moderno hacia Cuba''.
Diaz-Balart nunca se disculpó por su inexorable oposición a Fidel Castro, pero trató de destacar otros de sus logros durante una difícil campaña para la reelección en el 2008 y en su anuncio del jueves.
Señaló que había conseguido fondos para proyectos locales, desde el Jackson Memorial Hospital hasta el Comando Sur de EEUU, y que había devuelto los beneficios de discapacidad y Medicaid a los inmigrantes legales. Su trabajo de inmigración --incluyendo el esfuerzo por dar una oportunidad de conseguir la ciudadanía a estudiantes universitarios indocumentados-- le ganó el respeto de los defensores de la inmigración, acostumbrados a luchar contra los esfuerzos republicanos por restringir la inmigración.
No obstante, dijo el jueves la representante Ileana Ros-Lehtinen, republicana por Miami, "Nada está más cercano al corazón de Lincoln que la lucha por la libertad de su adorada Cuba''.
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