Los SEALs (Sea, Air and Land) se han anotado un brillante éxito en su hoja de servicios, que se remonta a 1962 cuando comenzaron a actuar bajo el impulso del presidente John F. Kennedy. Esta fuerza de élite de la Armada de los Estados Unidos se creó a final de los años 50, ante la necesidad de contar con militares muy especializados que pudieran actuar en cualquier ambiente y en condiciones muy exigentes. Así sucedió en la Guerra de Vietnam, su primera misión, que exigía la participación de un nuevo tipo de fuerza más alejada de la estructura de combate tradicional.
Este cuerpo de élite está formado por militares de una gran preparación, de hecho, el curso de selección y entrenamiento es considerado uno de los más duros, junto con el de los SAS británicos. Los miembros de los SEALs cuentan con una gran formación en comunicación, técnicas de infiltración y explosivos, y sus actuaciones se caracterizan por una «altísima rentabilidad», según han asegurado a ABC fuentes militares. Además, su actuación está apoyado por un importante trabajo previo de inteligencia.
Después de la guerra de Vietnam, origen de su creación, han participado en acciones importantes como el rescate del buque Aquile Lauro, secuestrado por terroristas palestinos; en la batalla de Mogadiscio que se libró en Somalia; en la guerra del Golfo y en las invasiones de Irak y Afganistán.