TENSIÓN ENTRE CANADÁ Y CUBA
La noticia la dio “The Globe and Mail”: Canadá le negó el visado de entrada a Rodrigo Malmierca, Ministro de Comercio e Inversiones de Cuba, como respuesta diplomática, a la misma medida tomada por Cuba con Peter Kent, Vice-Ministro de Relaciones Exteriores para las Américas, quien tenía planificado un viaje a la isla, el 19 de este mes.
El señor Malmierca venía a la junta anual de accionistas de la Sherritt Internacional, importante inversora canadiense en níquel, petróleo y gas en nuestro país y con la cual Cuba tiene deudas, con mucho atraso ahora. Al parecer, Malmierca venía a convencer a los accionistas, de que Cuba pagaría, cuestión muy difícil si se tiene en cuenta el impago de la isla con Pebercan, también canadiense, que al final, canceló sus inversiones en la isla.
Por lo demás, Canadá conoce el estado de casi insolvencia financiera de Cuba, que ha tenido que posponer el pago de muchas de sus obligaciones con numerosas compañías extranjeras asentadas en la isla malapaga.
Hasta ahora, Canadá y Cuba han tenido unas relaciones muy tranquilas, resultado de 50 años de cierto silencio con la sistemática violación de libertades, derechos y permanentes abusos contra la sociedad civil cubana. Sé que, en ocasiones, Canadá ha protestado por la problemática de los derechos humanos en Cuba, pero, como decimos nosotros, la sangre no llega al río. Este país nunca rompió sus relaciones con la isla cuando la OEA lo requirió de sus miembros, por considerar el modelo comunista incompatible con la democracia panamericana. Posteriormente, el señor Pierre Trudeau se enamoró de Cuba, pensando que era un país justo, algo que él quería para su querida Canadá. Siendo Primer Ministro, fue a Cuba en 1976 y, recorrió y habló en La Habana y Cienfuegos, donde le dio vivas a Fidel Castro, algo extremadamente controversial para aquel entonces. Después de dejar el premierato, fue varias veces más a ver a su amigo Fidel Castro, y mantuvo con él, excelentes relaciones personales. Con la visita de Jean Chrétien en 1998, comenzó la política liberal del llamado “Constructive Engagement”, que ha regido las relaciones amistosas entre ambos países hasta el presente.
Canadá, un país que no tiene grandes monopolios o corporaciones industriales, financieras o comerciales, quería aprovechar la inexistencia de ninguna competencia comercial y de inversiones por parte de EE.UU. u otras grandes potencias, a la vez que trataba –según ellos - de hacer algo sobre los temas claves de los derechos humanos. Simplemente vio en Cuba, una oportunidad dorada para abrirse paso en sus objetivos económicos y políticos nacionales.
En ese lapso de tiempo, pocos han sido los desencuentros entre los dos países. Ha mi entender, Cuba le ha impuesto el silencio a este país: hay muchos intereses económicos e inversiones, que pueden ser eliminadas, si el colérico dictador monta una de las suyas.
Fidel Castro tiene como armas, la confrontación y la beligerancia y, cualquier país que no acepte sus generalizados y permanentes abusos, puede entrar en el área de esa confrontación, cosa que Canadá ha evitado.
La existencia de un gobierno Conservador minoritario, no ha podido cambiar las cosas. En el Parlamento se enfrenta a tres partidos socialistas, con una gran influencia entre la población: Liberales, Nuevo Partido Democrático y el Partido de Quebec.
Incluso, para nosotros los cubanos que vivimos aquí, se hace muy difícil la comprensión de nuestras denuncias sobre los crímenes y violaciones de la dictadura castrista, y esto, a pesar de que el pueblo canadiense es bastante solidario y compasivo.
Parte de esta situación se debe, al silencio de los políticos y de la prensa controlada por ellos, y al carácter y la idiosincrasia un poco apolítica de la población. Si usted le une a todo esto, cierto rechazo a los americanos, ya puede tener la idea de la misión tan difícil que tenemos por delante.
A raíz de la Conferencia en Queen´s University, yo y otras dos personas, nos reunimos con una alta funcionaria de Relaciones Exteriores. Fuimos allí con la intención de plantear algunos problemas de derechos humanos y violaciones, que queríamos que el Señor Kent hablara con las autoridades cubanas. Ella nos dio la noticia de que, Cuba había cancelado la visita de Peter Kent. Para mí fue una gran sorpresa, después de tantos años de tranquilidad en las relaciones Canadá- Cuba. Y le di mi criterio: si Canadá sigue con su silencio ante la situación de libertades, democracia y derechos humanos en Cuba, F. Castro nunca la respetará, porque ese dictador sólo respeta a quien se le enfrenta.
Por eso, me alegró mucho la medida de Canadá, de cancelar la visita de Malmierca a este país.
Fueron las declaraciones del Primer Ministro Harper y de Peter Kent sobre los problemas de Cuba, lo que enfureció a las autoridades castristas. Quieren que la ovejita canadiense, siga callada. Cancelaron el viaje de Peter Kent, a pesar de que el Ministerio de Relaciones canadiense, aportó más de 30 mil dólares para el apoyo a la Conferencia de Queen´s University, para traer a toda la delegación cubana.
Al parecer, Canadá ya está harto de todo lo que está ocurriendo en la isla, y ha tomado una posición mucho más respetable. Espero que siga así. Al final, Cuba necesita mucho más, yo diría extremadamente, las inversiones, el comercio y el turismo de este país.
Un abrazo.
Asdrúbal Caner Camejo
Representante del PSC
en Canadá
No comments:
Post a Comment