2 de junio de 2010
(Radio Martí, 1 de junio) - El prisionero de conciencia en grave estado de salud, Ariel Sigler Amaya, decidió rechazar la asistencia médica, porque considera que ha sido engañado por las autoridades castristas. Alertó, además, que iniciaría una huelga de hambre si no obtiene una pronta respuesta.
Su hermano, Juan Francisco Sigler Amaya, expresó la preocupación de la familia, en comunicación telefónica con Radio Martí, este lunes. "Estamos sumamente alarmados por la decisión, que obligado por las circunstancias, Ariel Sigler Amaya ha tomado, desde hace varios días".
La protesta cívica consiste en rechazar toda la asistencia médica, incluyendo los medicamentos.
La familia Sigler Amaya denunció que las autoridades gubernamentales cubanas no han trasladado a Ariel del hospital habanero Julito Díaz, a un hospital más cercano a su domicilio, donde pueda ser mejor atendido por sus familiares -tal y como le habían prometido con anterioridad. "Todo esto ha resultado en una mentira", afirmó Juan Francisco.
Agregó que -dada la gravedad de la salud del prisionero de conciencia-, la familia ha tratado de disuadirlo en vano, pues este no ha cambiado su decisión. "Sabemos de sus principios y valentía, por lo que respetamos su dramática decisión, ya que hoy peligra su vida como nunca antes", subrayó Juan Francisco.
El activista por los derechos humanos hizo un llamado a la comunidad internacional a que intervenga a favor de su hermano. "Paren este asesinato lento, bárbaro y vengativo, que quiere cometer la dictadura militar castrista con una persona inocente. La barbarie castrista debe cesar".
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