Por José Luís Fernández
Cuando el ataque a los Cuarteles Militares de Santiago de Cuba y Bayamo fracaso, con el desastroso resultado de mas de cien muertos entre civiles y militares, el jefe de los atacantes, Fidel Castro Ruz, que se encontraba en la seguridad de la distancia de dichos combates, busco la protección del Obispo de Santiago de Cuba, Monseñor Pérez Serantes, para que protegiera su vida al entregarse a la justicia.
A pesar de deber su vida a la jerarquía eclesiástica, tan pronto los hermanos Castro tomaron el poder, al igual que al resto de las propiedades existentes, confiscaron todos los hospitales, clínicas, sanatorios, hospicios, colegios, universidades y seminarios católicos de la isla.
Posteriormente, en 1961, decenas de jóvenes de la Juventud Obrera Católica y de la Federación de Juventudes de Acción Católica Cubana fueron FUSILADOS “para que sirvieran de ejemplo” al resto de la población juvenil que se negaba a aceptar ciegamente las doctrinas marxistas leninistas que negaban (y niegan) la existencia de Dios.
Al pasar los años, el fracaso del socialismo llevo a la isla a una total miseria al usar el gobierno socialista todos los recursos en el expansionismo de su doctrina por toda la América Latina, con el subsidio y entrenamiento a las guerrillas por todo el continente dejando destruir entre tanto toda la estructura agrícola e industrial.
Durante casi cuatro décadas el Gobierno del Partido Comunista de Cuba sobrevivió gracias a los CINCO MIL MILLONES DE DOLARES ANUALES que recibía de la Unión Soviética a través de subsidios y donaciones debido a que Cuba era un factor importante de la “Guerra Fría”. Pero al derrumbarse la Unión Soviética y todos los gobiernos socialistas de Europa, los Castro dejaron de recibir la limosna rusa y tuvieron que buscar divisas por todos los medios, usando principalmente el chantaje a los familiares de cubanos en el extranjero.
La semana pasada las agencias de prensa alrededor del mundo circularon la noticia de que el actual Cardenal de Cuba, Jaime Ortega Alamino, a pesar del robo de todas las propiedades católicas y el fusilamiento de tantos jóvenes católicos, había logrado ayudar a la exigua economía de los Castro con las donaciones de millones de dólares donados por organizaciones e individuos de varias naciones, principalmente de EEUU, con el presto de la construcción de “un nuevo seminario para sacerdotes cubanos”.
Cristo resucito al tercer día de su muerte. ¡JUDAS DEMORO 2,000 AÑOS!
En la actualidad ejerce como Cardenal en Cuba.
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