Anoche conversaba por teléfono con un amigo que me llamaba para preguntarme si estaba oyendo o viendo el discurso de Raúl Castro ante los delegados del Congreso del Partido Comunista. Él lo estaba viendo completo en uno de los canales por cable a los que está suscrito.
Se asombró de que yo, cubana (él es alemán), no estuviera interesada en lo más mínimo en escuchar al vejete en funciones a cargo del país en que nací. "¿No tienes esperanzas de que ahora sí cambie algo en la isla?", me preguntó. Me tuve que reir...
"Espera, espera, te subo un poco el volumen para que lo oigas", y con la misma me vi escuchando al General unos segundos. No llegó a 20, por suerte: mis carcajadas lo hicieron seguir la conversación conmigo. "¿Entendiste lo que dijo en esa parte?", le pregunté yo. Y muerta de risa se la repetí y traduje, asegurándome de que sus esfuerzos con el idioma Español se correspondieran con la traducción más correcta posible al Alemán.
No comentamos las palabras, sólo se las traduje al Alemán. Él tuvo que reir igualmente.
Hoy en la mañana vi un enlace a la versión del discurso en pdf y lo primero que hice fue buscar esa frase de anoche. Control + F, para buscar, y escribí la palabra "convencimiento", una de las tantas que en esos menos de 20 segundos me provocara la delirante carcajada. Y la encontré. Ésta es la frase:
Se asombró de que yo, cubana (él es alemán), no estuviera interesada en lo más mínimo en escuchar al vejete en funciones a cargo del país en que nací. "¿No tienes esperanzas de que ahora sí cambie algo en la isla?", me preguntó. Me tuve que reir...
"Espera, espera, te subo un poco el volumen para que lo oigas", y con la misma me vi escuchando al General unos segundos. No llegó a 20, por suerte: mis carcajadas lo hicieron seguir la conversación conmigo. "¿Entendiste lo que dijo en esa parte?", le pregunté yo. Y muerta de risa se la repetí y traduje, asegurándome de que sus esfuerzos con el idioma Español se correspondieran con la traducción más correcta posible al Alemán.
No comentamos las palabras, sólo se las traduje al Alemán. Él tuvo que reir igualmente.
Hoy en la mañana vi un enlace a la versión del discurso en pdf y lo primero que hice fue buscar esa frase de anoche. Control + F, para buscar, y escribí la palabra "convencimiento", una de las tantas que en esos menos de 20 segundos me provocara la delirante carcajada. Y la encontré. Ésta es la frase:
El poder del Partido [Comunista] descansa básicamente en su autoridad moral, en la influencia que ejerce sobre las masas y en la confianza que el pueblo deposita en él. La acción del Partido se fundamenta, ante todo, en el convencimiento que emana de sus actos y de la justeza de su línea política.
¡Cuánta farsa y demagogia barata en tan solo 52 palabras! ¡La única verdad es que el Partido Comunista en Cuba es el único que tiene el poder!
¿Que tiene "autoridad moral"? ¡Absolutamente FALSO! ¿Que ejerce "influencia" sobre las masas? ¡Totalmente INCIERTO! A no ser que se refiera a influencias negativas. ¿Que el pueblo cubano "confía" en él? ¡Vaya, si Pinocho lo oyera se sentiría desplazado del trono! ¿Que sus actos "convencen"? ¡Vamos, Raúl Castro, ni el Partido ni tú ni tu hermano ni la tropa de vejetes y acomodados que los apoyan convencen a nadie más en este planeta...! ¿Que su línea política es "justa"? Lo que hay que oir, caballero', en pleno siglo XXI...
"No, no confío para nada en que salga algo positivo de todo eso", le dije anoche a mi amigo. "Si fuera la primera vez... pero en los 30 años que viví en Cuba ¿sabes tú cuántas veces confié, tuve esperanzas, me ilusioné con cambios que nunca llegaron? Cuando lo vea, lo creo. No me dejo engañar más. El desfile más grande de la revolución no fue el de ayer en la Plaza; ha sido el de más del 20% de la población de la isla, ¡más de 2 millones de cubanos!, hacia otros países, hacia el exilio, hacia el destierro, hacia el nunca más regresar. No soy la única que no cree en ese retrógrado y excluyente discurso político".
Después seguimos hablando de otros temas y de lo que yo me alegraba cuando un alemán de ojos cerrados iba de turista a la isla y regresaba con sus órganos de la visión tan abiertos como no hubiera querido, y con una frase en los labios, casi constante en todos los que conozco: "Perdóname, pero aquello es una mierda, a Cuba no voy más".
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